
Tu alma descontrolada se quería verter por mi boca
Su objetivo: obligarme a untar mi lengua con tus sueños
Yo, implacable, me prolongaba hasta tu rostro
y como un caudaloso torrente
Me dejaba bifurcar en tus asimétricos latidos
Por cada uno de tus bordes
Quería insinuarte
Que te entiendo
Conozco las paredes con las que proteges a tu jardín
La distancia de la punta de mi lengua hacia la tuya
Me confirma que el que primero bese
Seguirá vivo
Y yo te beso porque al igual que tu, no creo en el destino
creo en los exorcismos
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