jueves, 15 de agosto de 2013

Amo tu terror, amo el fin de este mundo

No puedes respirar
No puedo respirar contigo Los pulmones semirocosos llenos de flores empapados de lagrimas dulces y sangre.
Y tu que tanto admirabas a los adultos has crecido Te dejaste enamorar por la muerte.
Y ahora te dices es mi culpa, Como si un instinto, un sueño de metal hubiese violado Tu cuerpo de ángel mientras dormías. Te abrazas las piernas Y pides que pase la noche, no entiendes la oscuridad.
El presente, el presente, pides vivir en el presente Y que tus sedientos ojos olviden Como eran las puertas del paraíso El conocimiento de la eternidad, la identidad pérdida.
Todos tus puntos vulnerables abiertos Parpadeando, como pequeños astros perforados por la luz Estas empapado, no sabes si tus deseos son suficientes, si decidir vivir es suficiente, si ser humano es suficiente.
Pero te tocas el rostro Y retiras todos los tejidos Tus retinas, Que te atan a esa alma humedecida, Renuncias a ella, ya la muerte no es el fin. Ya el horror no es la madre, el padre herido una canción de cuna para los suicidas.
Hoy se han terminado la temporalidad La espacialidad todos los órganos vitales dañados.
Todas tus las partes aprisionadas, atormentadas, En esa mancha en el centro de tu pecho, Ahora respiras fuego, amas el fin del cielo, Bebes de ti.

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