miércoles, 31 de marzo de 2010

TXER12


Desgarrador como el beso silencioso de una estrella de papel.

El cyborg quedo petrificado por una extraña comezón en sus labios, pensó haber recibido el peor castigo, un abrazo corto circuito de quien lo amaba.

Para el cyborg, la pasión habia sido codificada, el pasado era como una mirada lacrimosa, una mancha de color: Ana, quien apenas se reconocía entre los nuevos recuerdos, del pequeño TXER12 recuerdos que eran su siempre presente, su vida conectada al radiador solar.

Su creadora quiso besar los cables rojos y verdes, por donde no se vertía sangre humana. El cyborg no entendía el poder del dolor, porque empapaba los corazones, las mejillas de los humanos?. El no había hecho nada malo, simplemente no podía querer a su dueña. El podía ajustarse, plegarse a las sabanas, pero la espera de Ana, para que el llegase en el mismo momento en el que su cuerpo iba a explotar, en el que se iba a fragmentar en miles de sonrisas de placer, nunca llegaba. Un cyborg es posible consiguiera explotar, pero el modelo TXER12 poseia un sistema de enfriamiento incorporado. Su pecho de metal al rozarse con el lobulo de la oreja de Ana no hacía más que cortarla. Ana anhelaba escuchar un latido, al menos un crujir de tuerca, en ese diafragma oxidado, y es que TXER12 tenia la apariencia, de una mujer, casi real.

martes, 23 de marzo de 2010

Las calles pequeñas con árboles guías


Seres de fuego, calamidades lechosas de aire condensado. Buscamos la transparencia que la muerte no nos encuentre, los amantes entregados al éxtasis contaminados de resina, con sus ojos llenos de una espesa marca de quitina. Noches eternas, caricias, todo esta allí, cuando te pones arriba mió y exijo a mi cuerpo, a olvidar su plenitud, no quería sustitutos, te quería a ti, inquieta dando grandes saltos, sin calcular la distancia, sin repetir la estrategia, para llegar a un camino de nubes, que no tienen punto de partida.

jueves, 4 de marzo de 2010

Playas desiertas


Antes tenía la impresión de que tu silencio, de que tu cuerpo helado, simplemente se sentía amenazado por la penumbra, y presionándose los parpados, me ignoraba para no hacerme daño. Yo te pedía un poco de empatía, ya sabes, de si me he quedado escribiendo con los pies descalzos en la nieve, para cantarte un cuento, en voz baja, lo menos que esperaba, era que no me dieses la espalda. Supongo que eso para ti, sería agotador, como un alfiler en lo profundo de tu ropa cómoda y natural, escribiendo hasta fundirse en tu piel con una sonrisa de hada genocida. Y continua siendo peligroso jugar al escondite, pues mis zapatos se incrustan en el suelo, esperando el sol, y temo resbalarme. Tu sólo vibras aspera, al recordarme como una desconocida, y no existo, y es demasiado tarde, sales de tu pozo de azúcar y es ahi cuando te despierto nuevamente algun tipo de interes, hay luna llena, y ya no soy capaz de imaginarte, porque no estas, en ninguna parte, porque eres como un espasmo, que me ataca, que me ata a las manecillas de hielo.

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