miércoles, 31 de marzo de 2010

TXER12


Desgarrador como el beso silencioso de una estrella de papel.

El cyborg quedo petrificado por una extraña comezón en sus labios, pensó haber recibido el peor castigo, un abrazo corto circuito de quien lo amaba.

Para el cyborg, la pasión habia sido codificada, el pasado era como una mirada lacrimosa, una mancha de color: Ana, quien apenas se reconocía entre los nuevos recuerdos, del pequeño TXER12 recuerdos que eran su siempre presente, su vida conectada al radiador solar.

Su creadora quiso besar los cables rojos y verdes, por donde no se vertía sangre humana. El cyborg no entendía el poder del dolor, porque empapaba los corazones, las mejillas de los humanos?. El no había hecho nada malo, simplemente no podía querer a su dueña. El podía ajustarse, plegarse a las sabanas, pero la espera de Ana, para que el llegase en el mismo momento en el que su cuerpo iba a explotar, en el que se iba a fragmentar en miles de sonrisas de placer, nunca llegaba. Un cyborg es posible consiguiera explotar, pero el modelo TXER12 poseia un sistema de enfriamiento incorporado. Su pecho de metal al rozarse con el lobulo de la oreja de Ana no hacía más que cortarla. Ana anhelaba escuchar un latido, al menos un crujir de tuerca, en ese diafragma oxidado, y es que TXER12 tenia la apariencia, de una mujer, casi real.

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