martes, 23 de marzo de 2010

Las calles pequeñas con árboles guías


Seres de fuego, calamidades lechosas de aire condensado. Buscamos la transparencia que la muerte no nos encuentre, los amantes entregados al éxtasis contaminados de resina, con sus ojos llenos de una espesa marca de quitina. Noches eternas, caricias, todo esta allí, cuando te pones arriba mió y exijo a mi cuerpo, a olvidar su plenitud, no quería sustitutos, te quería a ti, inquieta dando grandes saltos, sin calcular la distancia, sin repetir la estrategia, para llegar a un camino de nubes, que no tienen punto de partida.

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