lunes, 1 de octubre de 2012

Nöqa munakuyki



Atravesando las 7 regiones del universo, llegue aqui, llegue a ti.

Entre lo sobrenatural y milagroso, esperaba encontrar un amor que despertara a la vida, un movimiento eterno, cíclico y espiral.


(un cielo nuevo y una tierra nueva)

Mientras mundos desaparecían, en la interperie, en la selva, escuchaba serpientes
acercarse, millones de ellas, los espíritus creadores, de diferentes tamaños y colores,
venían por mí, venían a comerme, a comerse esa densa niebla, esa que alguna vez dividió a la mujer en dos. 


(Aspiro al espíritu en mí)


Las partes dañadas de mi cuerpo eran arrancados y arrojadas a la tierra, desde ahora el futuro se leería en la forma que caen las hojas al suelo. No había más dolor.

(hijas de la misma naturaleza)


Sentí un sonido, como si un insecto gigante quisera entrar en mi oreja, depositarse en mi oído, movía la mano intentando que se alejara, todo estaba oscuro, el sonido aumentaba, quería que se fuera. Cubrí mis oídos con mis manos, el sonido continuaba era un zumbido bajo en la tierra, un sonido dentro de mí, mi sonido, mi propia vibración. Ahora sé que sonido soy, me dije.

(un sonido vivo)

Pierdo siete de mis pieles, me dejo llevar por ríos inmensos y desconocidos. Me ha matado un rayo, me abrazas. Somos dos mitades alimentadas por la luz. Me abrazas.


(habitamos los bosques)
Florecer, reverdecer, llenarse de hojas o frutos.

Me he encontrado con tu alma y he bailado con ella mientras el silencio crecía en su corazón, mientras se sanaba siguiendo el ritmo, la vibración del mundo, junto al viento vencía a la gravedad. Unidas inseparablemente en forma de nube, en forma de un árbol, un espejo hacía el sol.



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