El sujeto 626 con su rostro tendido sobre una mesa, a su lengua fue incorporado un pequeño fragmento de metal, la única palabra con la que le estaba permitido ahora comunicarse. Las comisuras de sus ojos eran acariciadas por gotas de sangre, que con el color de las luces parecían capullos atemorizados amontonándose en el vacío. Sus costillas en la oscuridad eran penetradas por lenguas, que respiraban en la carne misma, ensimismadas en el depósito de gomas cancerígenas. Cada lengua, cada verdugo, cada recuerdo, detrás de su piel, en su garganta, en sus dedos amoratados, en ocasiones arañaban la sonrisa de la muerte. Estaba completamente neutralizado, cuando a su oído una palabra casi de vidrio se perdió en su silencio: Éramos, éramos- dijo la voz de mujer
626 saco la lengua, se leía: septiembre
Fue en ese momento cuando recordó, el porqué estaba allí. 6 de septiembre 2021. Todos podemos ahora elegir como queremos morir, ella no había cumplido ni siquiera los 24, demasiado pronto, una niña, su caligrafía, el mensaje con tachaduras en la servilleta: uno en uno. Su cadáver, su pelo rojo sobre la autopista, 6 de septiembre, éramos tan felices, arráncame cada uno de mis dientes, mis labios comienzan a arder, no te despidas, todo era posible, nosotros, nada más. Prefiero morir con las costillas reventadas, animales con peste lamiéndome, impidiendo la cicatrización. No te vayas,
Mi vida….
Sujeto 626, ha muerto.
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