sábado, 19 de junio de 2010

Cartografía del cuerpo


[Desear ya no es suficiente, la noche se desangró en nuestras bocas del frances, Aleman y Ruso al Castellano]

Tu que tienes para apostar? Que estas dispuesta a poner en juego? Dijo Vladimir.

Rosa apostó su cabeza, llena de pensamientos como abejas depositando miel en sus pestañas, cerraba los ojos y se rehusaba a mirarle.

Vladimir en cambio, apostó su columna vertebral, almacén de sus más oscuros instintos, abierta, completamente trozada por sus pequeños accidentes intentando sostener gigantescos bloques simétricos de color: sus paisajes de amor.

Rosa le pidió no se despidiesen y se lanzo inmediatamente a su tráquea intentando detener por ultima vez el: puedo hacerte cosquillas?. Una manera algo violenta de despedirse, pero el sabia que ella como buena amante de Nietzsche no dejaría que un lazo se rompiese sin antes marcarlo con los dientes.

Vladimir sosteniéndole la mano dijo: que comience el juego, si gano yo, me quedo con todas tus ideas, tus credos, tus estrategias, con todas las absurdas palabras en las que crees y te hacen daño. Si ganas tu, te llevas mi armadura, la columna que sostiene la arquitectura que gobierno, en donde soy amo y señor de las fieras, de todos mis impulsos, los que continuamente me llevan a equivocarme, a herir, cuando tengo miedo.

Como podemos ver el juego de Rosa y Vladimir es inversamente proporcional al concepto de felicidad, el ganador sólo se lleva algo del otro, su enfermedad. Técnica muy utilizada en las despedidas y compromisos, uno de los dos resulta más herido que el otro, uno de los dos ama más?

Rosa: Y que pasa si ninguno gana, si es empate.

Vladimir: supongo que yo no me iría.

Rosa: tal vez yo no te dejaría ir

Vladimir: no habría ganador, tendríamos tiempo para aburrirnos el uno del otro

Rosa: Yo nunca he sido aburrida

Vladimir: yo no lo se, nunca me he preguntado lo que podría ser aquí, siempre he sido un extranjero.

Rosa: Yo siempre había sido la que se iba, sabes, la que dejaba al otro con la boca abierta.

Vladimir: siempre hay una primera vez para todo, esta es la primera vez que conozco a una chica de la que podría enamorarme y debo irme

Piedra, papel o Tijera

Ambos se quedan con las manos en la espalda.

Vladimir: eres una cobarde

Rosa: tu también te has quedado inmóvil.

Vladimir: supongo que, porque aquí tu eres la calculadora, quería dejarte ganar

Rosa: Genial, apenas nos conocemos y ya soy para ti eso. Como se nota que no tendríamos futuro

Vladimir: es curioso, desde que he comenzado este viaje, no pienso en otra cosa que en el mañana. Debe ser porque me asustan los barcos fantasmas, los que por error decidieron detenerse, y mira como terminaron

Rosa: Yo no soy ningún naufrago, no te estoy pidiendo me salves

Vladimir: ya lo sé, pero no entiendo porque en estos casos solo es uno el que se debe sacrificar, mientras el otro espera debajo de la sabana, y la luz no se filtra y el duerme tranquilo.

Rosa: ¿Qué quieres que haga?

Vladimir: Cierra los ojos y no preguntes a donde vamos.

Rosa: Esto ya lo he visto antes, huyen los dos, el crimen perfecto, ella descuartizada o terminan los dos prostituyéndose para pagar su nido de amor.

Vladimir: No créeme no es eso, es aún peor.

Ambos caminan hasta el borde de puente, donde se divisa el rio.

Vladimir le desabotona lentamente la camisa a Rosa, ella lo deja. Vladimir, y su índice descienden desde el cuello hasta el pecho de Rosa.

Vladimir: sólo me quedaría si estuvieses dispuesta a asegurarme algo…

Nunca me dejes ser un extranjero en tu corazón…

Rosa: yo lo soy en el, lo que te puedo asegurar
es que si descubro alguna vez que idioma habla, tu serás el primero en saberlo.

2 comentarios:

  1. Me has dejado sin palabras,la piel de gallina que se me ha pueto habla por mi. Es maravilloso Julieta. Muchisimas gracias.
    Starntl.

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  2. wow wow wow.....c,est la vie

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