jueves, 26 de febrero de 2009

Del loop al mono



Sabias que la creación del universo se baso en la escala musical?

Nos han introducido a un caballo de madera sideral somos pequeños esclavos sónicos, por nuestro esófago bajan y vuelan los latentes aullidos de nuestro sentir derramado...

La gran octava cósmica, creación espontanea, resonancia del cautiverio intervenido

Hoy te introduces un ruido, porque el pájaro carpintero ha decidido comprarte intimidad

Hoy te sostienes en lo espeso, en un tono entero, porque persuadido por la distancia, el mamut repite un aliento hervido, se desmaya salpicando sueños

Ayer saltaste por ayuno, te afinaste por adicción, porque el lobo rasuró a las estrellas rotas, las limpió de deseos bicarbonatos, pegajosos, absolutos. A quien esperas, quien te corta esa soledad de cartón, el flujo sostenido de espectros con pelo, sabanas en delay desgarrando montoncitos de carne y noche.

Hoy te incrustas en mi ombligo, porque mi crespúsculo gástrico adivina mariposas con espinas. Sostengo tus aviones de papel y treinta minutos después tu silencio quiere secarse la tinta que dejaron tus cosquillas. Escucho varias veces el estruendo de tu sangre efervescente carcomida por las mañanas desnudas frente a aquello que piensas tres veces soy una locomotora? necesito un acelerador?

shushushuuuuuuuuuuuuuuuushhhh
No es necesario convencerte de que tu engranaje también sufre de vértigo. Todos lo hacemos, sentimos para desentumecernos.

Vivimos en el vientre roído de un sueño de arena. El interruptor de tu cielo se activa adoptando fantasmas marineros, no es necesario subirte el volumen y obligarte a devorar continuidad. Estamos a la misma frecuencia que una casualidad metamorfoseándose en tomate, la arrojamos contra la ventana y despertamos inundados de gritos intestinales y los vampiros llegan, y nos sorben, y nos besan, y nos acarician las mentiras. Estamos en medio de heces, de nuestras plumas exterminadas.

Me soplas mil veces tu voz, te silbo en la boca.

Dejemos que los sonidos sean ellos mismos.

Mi acto disonante es frotarte los parpados y aterrizar en tu boca, librando todo sabor, de tus cocodrilos con fiebre, dudas entreabiertas.


Te saco la lengua, nos estremecemos al escuchar un mismo

Silencio.

Las jirafas jugando a bonny & clyde

simulan un secreto

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