martes, 26 de octubre de 2010

Politizados


Espectro que llora,
pasiones que caducan y provocan dolor de noche.

Me había cosido una almohada al pecho
para que los sueños como mareas libertinas
mecieran tu cráneo.

Te despiertas ojerosa e impotente
con rostro de anciana,
tocabas el piano dormida,
mientras las manecillas del reloj
abrían los cuellos de los niños.

Vuelvo a avergonzarme por ser ciego al lado tuyo,
este encierro inmaculado,
en esta habitación de motel,
jeringuillas como colmillos,
al morder nuestros suspiros.

Fumamos y robamos juntos,
porque no podemos hacer otra cosa
que calentarnos con vino.
Mientras allá afuera,
las uñas del amor son arrancadas sàdicamente
con electricidad.
Por sentirse una bestia infinita,
que se alimenta de las almas
cuando se retuercen, cuando están preparadas
y renacen...
Nosotros nunca hemos sido así
solo queremos un cataclismo,
una excusa, un futuro.

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