jueves, 21 de octubre de 2010

--Repuso el unicornio--


Donde quedo lo cotidiano, el momento en que mientras te arreglabas el peinado, yo te contaba mis planes sobre como corregir al universo. Ahora pareciese nos movemos en direcciones opuestas justificando nuestros errores con un denso fluido que emana de la mirada atenta de nuestros egos. Ya no pruebo tu sopa de vegetales de sabor extraño, ya no compartimos los libros como si de destinos se tratase, tú con los tuyos, yo con los míos, has dicho, y yo entonces proyectando la imagen a un lugar lejano, donde nuestras figuras blandas al chocar no se sientan paralizadas, simplemente actúen como dos instrumentos peligrosos que se saludan con un recuerdo agradable. Quería que siempre fueses el rio en mi luna blanca, era imposible saber que después de unos años, hasta mis calcetines te irritasen, el miedo esta salpicando nuestra sangre con sus cabellos de arena. Devolvámonos nuestro ingrávido abrazo, el que poblaba de sueños exquisitos nuestro diario de viaje. Volvamos a soplar a la misma vez, a provocar caballitos de mar en el nervio óptico,al caminar de la mano como hermanos.

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