domingo, 29 de agosto de 2010

Se aproxima


Atacando los síntomas con cintas de música
energías susurradas por arboles preñados de cielos
en los tubos abiertos donde la criatura instalaba sus culpas
es ahora la membrana violácea
donde realiza su huelga de relámpagos.
No espera que ningún pensador ilustre
haga su trabajo
Cada parte de su cuerpo despierta
por los colmillos del sol
obediente se abre al misterio
el que ensangrentado
la transporta a una superficie cubica
en donde se filtra un calor en los labios
un nuevo comienzo, el viento verde
en sus conductos.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Collage


Me gustaría que fueses una striper
de esas que te atan a un espejo
y te bailan como king kong
con LSD, no es que haya estado antes
con esa clase de mujer, pero en tu caso
de seguro sería así, hundirías la lengua en el cristal
e intentarías mantenerme inmóvil
nacerías cada 5 segundos en mis manos
Cierro las manos y amanece
Observo tus dientes, se que es el peor momento
pero tu risa siempre nos hizo creer más cercanas.
Me gustaría poder pagarte con algo, tengo mis dudas
te sigues refugiando en la almohada, hemos tocado fondo?
Suenas hermosa cuando tiemblas. Allí sentada en el borde de la cama
en mi trinchera, me gustaría interrumpir tu sueño y decirte
que cada diminuta fibra que crecía a retornado a su lucidez
por tu espantosa ternura
lo has mezclado todo
mis secretos, mis mentiras, el oxido, las perdidas,
en otro esqueleto carcomido por pupilas en suspensión.
Podríamos hacer de esto una historia sangrienta
acelerarle el pulso a la melancolía
despellejar a los recuerdos.
Ahora, quieres repetirlo?

martes, 24 de agosto de 2010

El único peligro aquí es morirse de aburrimiento


Hombres como balas húmedas mojando de cenizas los hechizos de la belleza
Se orinan en sí mismos y sienten un frio retorcido
Huelen a abandono acrílico a canto de cisnes secos
Desmembraran al sol para construir mil antenas parabólicas
Ven el pellejo de su hermano como madera de arterias con niebla
Y solo pueden prenderle fuego.
Se confiesan impotentes
para reconfortar a los lunares en los ojos cerrados
de los demás.
Nos estamos mojando como hombres cada vez más de fobias
Ha llegado la hora de la protesta de los recién nacidos en el cataclismo
Que se jodan las diferencias, mecanismo y coartada
La lucha de los salvajes que escriben poemas en las gotas de agua
Las gargantas aúllan, un tranvía de almas camufladas en sonrisas, electrones de calidez y desnudes, cada sonido es un roce, una ventana, al otro lado de la pared, dejaremos la basura, reduciremos costos por haber callado el sabor de lo imposible un bocado de lo inseguro.

lunes, 23 de agosto de 2010

Perder el conocimiento


Un sujeto que ha decidido marchar con la vida expuesta en cada una de sus ramificaciones, aplicando el metodo de levitación.

Aceptando que la muerte se convierte en estria de las pesadillas, cuando se es completamente cierto en un océano invertido donde naufraga el dolor.


Soy el todo, la enfermera del infinito y el aterrizaje. Un presente esférico.

No me importa saber que soy para ti, estamos en la misma habitación, trata de recordar.


domingo, 22 de agosto de 2010

Ser la única


Creías en el horizonte y su hemorragia delicada de sentido y ruido.
Amabas todo lo que era diferente, la cicatriz en el pájaro, las radiografias en los peces vendados.
Las posibilidades aumentaban, todos te decían podrías llegar a ser lo que quisieses, tu sólo querías dejar de enjuagar las sabanas con tus ojos que se aflojaban de noche, en la herida que causaba la música en tus sueños blandos. No eran ellos, observa sus dientes, han perdido la costumbre de arrancar ríos enteros de ti, se extinguen en el eco. Ahora solo tienes dos opciones o sumisa esperas deformarte cuando el telón del fracaso exhiba una naturaleza saqueada por lo amargo, el desprecio que te concedes por no razguñar aun estrellas desnudas, o simplemente sobrevives a tus prejuicios, a tus latidos de algodón, y te haces mujer aunque te cause repulsión, rindete a ti misma y deja ya de señalar el techo, esperando que un alma adiposa te repita: te ahogas en tus fronteras.

Lavar


Otros lugares para el escalofrío,
donde hundir la lengua en los aplausos
anda hombre de piedra busca tu nueva forma
corta a tu cielo con el lenguaje que te enseñaron
las sílabas de esa ansiedad casi divina
el morboso adiós a tu identidad
las nubes ya no son coordenadas espaciales
el miedo es una trampa con fondo azul
ese rostro imposible de amar
comienza a pudrirse
en tus ojos
enrarecidos

lunes, 16 de agosto de 2010

Vigilia


La madre evolución atrevido espíritu que emana de las emociones que se extinguen
Del hombre que cierra ciclos y abre otros invisibles
Cuyo cuerpo elástico es portador de una magia orgánica
Dispuesto a negar la lógica de la carne
Entregado a las gotas etéreas que derraman las sonrisas
Nosotros del mineral a la piel, orbita de avellana
Donde rotación y traslación
Es un rozarse de manos.

viernes, 13 de agosto de 2010

Así sea


Empujada por el viento, te pronunciaste en mi boca.

Empezando a ser


Si eres mi análogo, es posible que también te hayas cobijado en ese disolvente, que solíamos tener los de nuestra raza.

Mi tribu conserva la energía en sus ombligos. Nos escondemos detrás del hierro, el cinturón cálido y seco que dejan nuestras búsquedas eternas, intentar convertirnos en seres de gelatina, devorando la carne envenenada de nuestros amantes de arcilla.

Ya no tenemos más preguntas, aceptamos todas las impresiones recibidas, somos fieles al átomo, al fluido nervioso del animal.

Somos los labios del agua, pero nuestro instinto ya no siente las ondulaciones celestes, el nado que realiza nuestra columna vertebral en la materia de vapor.

Yo al igual que tu, también quiero penetrar esa cascara, que insiste en definirme, en teñir mis contradicciones, me gustaría remover todos gobiernos que actúan en mi voluntad.

Tener un único propósito ser la corteza blanca por donde circula el alfabeto, el que aniquila todo, relámpago en las venas, el amor que transmigra de la oruga a la mujer, de lo físico a lo secreto.

lunes, 9 de agosto de 2010

Douceur...


Al inclinarme sobre A reconocí las lagrimas de él, amarillentas como el otoño y su abrazo. Esperando que se quedase dormida, la lleve al rio, mientras su suave olor acariciaba las paredes de mi retina. Me llenaba de alegría tenerla entre mis brazos, el agua surcaba nuestros cuerpos, queríamos naufragar con la cara empapada, nos explorábamos mutuamente, el silencio y el agua fría hacían cortocircuito con todo lo que habíamos amado antes, incluido el, aunque perteneciese a un mar muerto, a un profundo grito. El paladar se agrietaba con deseos dulces, la piel en trance, inventábamos toda clase de besos sobre esa superficie repleta de nuestros fantasmas que sangraban. Ahuyentábamos a el reloj que nos invitaba a poseernos mutuamente, no queríamos eso, desgastar nuestros disfraces de fuego. Queríamos continuar siendo la ola en el costado de la otra, esa ola cuyos rayos blancos nos hacían contemplar la armonía que existía cuando abríamos la boca, y bebíamos nuestro verdor, de arboles áureos entre caudalosas sombras.

viernes, 6 de agosto de 2010

Son regard bleu



Tú la plataforma giratoria donde los amantes con el pelo mojado
Se resbalan en el plenilunio.
Constelaciones dentelladas hacen arder a la raza del hombre
Que se convierte en agua.
Cuando tú la sustancia que brilla en las lágrimas
Te deshaces en sus espejismos.
El hombre es el sudario del mundo, tu eres el espejo de cuando se aman
Y se convierten en la desgarradura de la espuma.

Amoníaco


Cada pensamiento que abandonas ennegrecido se transforma en un coagulo, de copiosas fracturas, que mendigan luz. Te resistes a cambiar, a transformarte en ese superheroe que tragaba mentiras y escupía sal. Todos somos sal, especies hechas a base de granito solar. Tu esperas lamerte en la oscuridad, averiguar a que sabes, que pasa ahora que el no esta, habrás cambiado de desodorante, el caminar por esa calle ya no será igual, no te perseguirán los perros, el hombre del chaleco rojo no querrá oler tu entrepierna. Hace mucho tiempo no te sentías sola, no te incorporabas en la cama y angustiada abrazabas la almohada intentando abrir un gigante tajo en ella donde escabullirte, al hacerlo la almohada cede, envuelve tu rostro que inundado de tu pasado, quiere maquillarte las pupilas con esa esperanza que no existe, no eras para el, el nunca fue tu maestro. Necesitas de satélites, de hombres que tracen tu camino, pequeñas migas de amor para que no te pierdas intentando saber lo que eres, lo que puedes llegar a ser. Tienes miedo de no soportar la altura, la cima de tus labios blancos amortajados por el viento, esos que alguna vez alcanzaron sus más bellas ilusiones, les succionaron toda la savia a esa árbol cuyos frutos eran ángeles con velos de plata. Lo has olvidado, ahora solo escuchas las palabras que el desayunando pronunció, las promesas que se vertían en tu cuerpo desnudo deslizándose hasta la comisura de tu oído, el que nunca se acostumbro al eco, al desamparo de su voz. Pero quien era el, de donde salio? alguna vez te conoció? por que le elegiste para herirte y no otro?

miércoles, 4 de agosto de 2010

sans douleur


Había luciérnagas que se posaban en mis dedos. Lanzadas desde el cielo, al prisma palpitante de mi pecho, era suficiente para sentir, un caldo de cultivo para cualquier emoción por pequeña que fuese, por que era cierto, que en las profundidades de cualquier ser, todo era indefinido, una sensaciòn térmica similar a cuando de un árbol cae la hoja, seca, perturbada por el viento,igual que tu, la de bruscos despertares, la de rosas en los oídos, la que serpenteaba en el sudor, la del paladar con sabor a caramelo, a remolinos de agua dulce. La luciérnaga que estallaba cuando intentaba explicarse porque era tan breve la luz del sol. No todo era acumular, también era necesario estar dispuesta a ser pequeñita y dejarse salpicar, por algo más grande y escurridizo,un dolor...

éramos dos

Antes de destruirte primero te re-edificaré



Sobre tus secretos compartidos, tu voz minada por el eco, de cuando me entregaba como un amante de juguete, a tu espeso iris, pondré un ladrillo, una palabra triste.

Sobre tus ganas de preguntarme cual es mi don, cual es mi anhelo y porque me escondo cada vez que le cantas con tu olas a la parte musical de mi cuerpo, cemento, del más barato, el que se seca rápido.

Entre tus piernas un poco de conciencia, una montaña de marfil, imposible de escalar por mis manos erupcionadas al encender tantas lámparas en tu ventana.

A tus ojos toneladas de cenizas, sobre las que se sostenga una escalera al tejado. Desde allí podrás ser cobarde, nadar silenciosamente en la imagen que te inunda, en esa en la que no tienes ni una sola ranura, te estiras en la cama y te dedicas a volar, a pesar de estar descuartizada por todos los residuos que han dejado en ti las miradas.

Todas las habitaciones tendrán las puertas abiertas, para que salgas corriendo, de ti, de tu inestable parecido a todos aquellos que crees amar, y terminan ahorcados entre tus manos.

Sé que algún día distinguirás las prisiones, de los campos con columpios rojos, donde podrías haber hecho el amor sin sentirte le estas dando un sentido a una corriente de besos que te elevan y te condenan. Puedes tirar la casa cuando quieras, cambiarle el color, ya sé que tu piel cóncava la pincelas con el mar en tu bañera,en la que te bañas con tus amantes azules.

Te habría construido un puente en los pulmones, por si algún día, te apetecía empaparnos de sonrisas, de amigos, nada más, no te asustes, pero habría hecho trampa, conmigo, que después de ponerme en alquiler, decidí desmoronarme y con un poco de pegamento pegarme al firmamento, y esperar a que mis venas le volviesen a salir pétalos y no gusanos.

No puedo bombardear desde la distancia tu casa, tu fuerte, le declaro la paz entonces, a tu tierra mojada, a tu alma entera, me gustaría encontrarte alguna vez, en pleno vuelo, algún día, sin disimular.

La transmigración es para ingenuos, dirás, pero puede que en otro cuerpo nos saludemos con luz y no con pezuñas, que tu casa de la mía, sean vecinas, y con aviones de papel mandarnos mensajes, construir un túnel entre los tejados y paredes, un túnel donde nos podamos ver y amarnos a pesar de los escombros.

lunes, 2 de agosto de 2010

Ventriloquismo de átomos calientes

Enterrando un dolor en tres actos.



i. Meteorito Felino
Soy una detonación irregular, telúrica, en tu columna
Soy el extranjero que rodea tu cuello y se derrama en tus branquias
Soy espeluznante como el imán que acerca tu esqueleto a su naturaleza contraria
Soy el que llora en tu lengua.
Soy al que te llevas a los labios intentando extraerle fuego, que se enreda en tus deseos muertos
En tus dientes vaporosos.
Soy el que te hace gritar, el que te da la mano para cruzar la calle,
El que fuma tres cajas de cigarrillos al día,
El que te abandonó por sentirse combustible cuando le exhalabas.
Soy un eco de penicilina ennegrecida
Soy al que llamas cuando tienes pánico, el que intenta tranquilizarte en voz baja.
Soy el péndulo que hipnotiza tu rutina
El que acaricia tu pelo y averigua que el vidrio te provoca cosquillas
Soy el que te torció la boca, al estrellarse un día en tu imaginación empalagosa.
Soy el que le pediste a los astros, de regalo
Soy el abstracto negligente, distinguido autor de tus dolores metalíferos
Soy el amante viscoso, la onda sonora, la marea que te humedece las neurosis
En la madrugada.
Soy el único que deseas a tu lado, el que les promete a las moscas polen
El que te enterraría viva
Soy al que amas, porque no estás segura de poder vivir sin arrancarte la piel.
Soy el que clava las uñas en tus ojos empapados en vino.
Soy el que despelleja a la eternidad y te la entrega en pequeñas caricias frívolas y herejes.
Soy la nieve en tu costado
Soy el que te llama a la mitad de la noche y te pregunta que hiciste en el día
Soy al que perdonas y no deja de brillar por ello
Soy el que disloca tus hormonas y las convierte en causas perdidas
Soy la música que choca contra tu parabrisas
Soy el desecho de tu ternura, rechazada por la inercia
Soy el dragón, cuando no te atreves a ser princesa
Soy el que te arrolla en la calle, cuando aguardas hasta la esquina para darle un beso
Soy el que te pide demasiado, y te regala una nave espacial por año
Soy el que engulle tu coherencia, y te roba el cilindro de oxigeno
Soy el científico de tu sucio laboratorio, el que busca la vacuna para los sentimientos transitorios
Soy el que se marcha a toda prisa, y el que con un rápido movimiento fertiliza tu sonrisa
Soy un amante imperfecto, mi cuerpo tiene la nariz que odiabas de tu primer amor,
Los ojos que te lastimaron cuando tenías 18.
Soy el que amas a martillazos
Soy el que abrió un cráter en forma de gato, en ti
Allí donde la sangre no tenía silicona,
Allí en tu mejilla, la que sobreactúa con mis besos.



II. Las densas sombras
Es mi responsabilidad separarte del infinito
Sumergirte en electricidad
Extinguir tus incendios.
Es por mí que no puedes dormir de noche
Las costillas se te rompen, te sujeto en sueños.
Es mi brújula la que envuelve tu destino
De recién nacido.
La que te frota los parpados, para que te pierdas
En tu castillo de hadas de petróleo.
Te precipito contra el mar, te encarcelo en tus huesos
Aprieto tus dientes, soy tú sustituto, el hirviente guardián.
Tu amor es solo un epiléptico inconsciente
Dedicando sus convulsiones a engendrar calor,
Un deseo en la mitad de una mentira.
Tu y ella demasiado complicados,
Un fluido en los límites del mundo,
Un pájaro escarchado extinguido, hace mucho tiempo.
No soy si tu carne, ni tu hueso
Soy la inarticulada partícula de la serpiente
En el paraíso de luciérnagas, cosidas al olvido.
El cristal pliegue desconocido de las estrellas.
Mi trabajo es helarte los músculos
Domesticar tus lágrimas
Desmoronarme en tu sangre, ahogarme cuando te tocan.
Soy la palabra desconocida, la que nunca te atreves a decir
Cuando ella despega en tu boca.
Soy lo masculino y femenino
El amigo roto, la sombra tibia, la molécula que se desintegra
La sed permanente.
Soy el desgarro de los encuentros violentos
De esos en los que solo podías rociar a tu corazón
con insecticida.



III. Luna en conserva
A Luna le gustaba lastimarse las encías con el cepillo de dientes antes de besarlos.
Luna prefería dejar la ventana abierta, hacerse daño con el aire,
Mirar la oscuridad de allá fuera y sentirse todo un desastre.
Luna se comía las pelusas de la almohada esperando encontrar algún pedazo de sueño
Que aún respirase.
Al anochecer le gustaba nadar, como si se tratase de un bisturí que se aferraba a la superficie del agua y le rasgaba,
como un funambulista de miradas completamente azules en la boca de la lluvia
en tres segundos no tenía parientes, ni amigos, tal solo era un ruiseñor abierto, en un cuerpo que se desintegraba.
Echaba de menos, las gafas cuadradas de él, su costumbre de al mentir mirar al cielo
La lista que hacía de sus puntos fuertes, los mensajes que le habría gustado encontrar
En las botellas de cerveza.
Luna conservaba aun ese pijama que iba tiñéndose cuando sus pestañas calientes le abrazaban
el ahora desnudo, con sus labios de corcho, jugando a desaparecer, arremolinando el vino.
Luna por encima de las heridas, por encima de la niebla, salpicada de besos anónimos,
De las cosas que había olvidado de él.
Luna había decidido explicarse mil veces, no había sido culpa suya
La clásica sobredosis de latidos que desvelan, de lágrimas sonoras, filamentos de rabia
Luna no tenía gato, e intentaba aplastarse la cabeza contra un pequeño plato, de leche
La cortina de nubes que se desperdiciaban, en el cielo, sobre el horizonte, apuntando hacia ella
La única luna con plumas, desenfocada sirena del cosmos,
Con ese frio especial en sus yemas, cuando se las llevaba a los labios
La que se arrastraba hasta el fondo en un umbral de cristal, engullendo analgésicos de bar
Manteniendo la esperanza,
de que él fue más que un conductor ebrio
en su carrera de velocidad, a favor de la independencia
A punto de decirle un te quiero, directo al estomago
Antes de despellejarse a muchos kilómetros, aceite, gasolina,
Vuelves a irte
Señalización
Si pudiera moverse lo llevaría a un lugar seguro

Tal vez

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