viernes, 13 de agosto de 2010

Empezando a ser


Si eres mi análogo, es posible que también te hayas cobijado en ese disolvente, que solíamos tener los de nuestra raza.

Mi tribu conserva la energía en sus ombligos. Nos escondemos detrás del hierro, el cinturón cálido y seco que dejan nuestras búsquedas eternas, intentar convertirnos en seres de gelatina, devorando la carne envenenada de nuestros amantes de arcilla.

Ya no tenemos más preguntas, aceptamos todas las impresiones recibidas, somos fieles al átomo, al fluido nervioso del animal.

Somos los labios del agua, pero nuestro instinto ya no siente las ondulaciones celestes, el nado que realiza nuestra columna vertebral en la materia de vapor.

Yo al igual que tu, también quiero penetrar esa cascara, que insiste en definirme, en teñir mis contradicciones, me gustaría remover todos gobiernos que actúan en mi voluntad.

Tener un único propósito ser la corteza blanca por donde circula el alfabeto, el que aniquila todo, relámpago en las venas, el amor que transmigra de la oruga a la mujer, de lo físico a lo secreto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores