viernes, 28 de agosto de 2009

Hoy y los siguientes 17días


Un buen amigo me dijo, haz que este viaje te lave los temblores, te vuelva extraño. Debes poner los pies en la tierra.


Me reí, insistí en desfigurar mi soledad y tome el primer avión en dirección a ti. Porque los objetos inofensivos, las personas impregnadas de transiciones, lo único que hacían era aletear, aumentar el hambre de la forma que aullaba, tú, tú, imposible, con los pulmones abiertos estremeciendo mi insomnio. Repitiendo el ritmo ronco de mis pesadillas auténticas.

Y pensaba, y me rodeaba de instantes en los que creía te descubriría, jugaba a inventarme tu voz, a tocarla, a que mi cuerpo corrigiera sus heridas centímetro a centímetro,con la espera. Que tonta he sido, incendio a mis fantasías, a tantos deje atrás, con violencia me obligue a creer que acariciándote comprobaría que esta vez, si podía querer, que era algo cierto, y el vértigo no me irritaba, acá me vez, salte, aunque siempre le tuve miedo a las alturas, salte. Para perseguir con muletas el recuerdo que tenía mi lengua de tu sangre ruidosa, de tu olor moteado.


Está sucediendo, estoy creciendo, se que nada tienes tú que ver en esta historia, que si ahora me duelen estas sensaciones, estas que corroen, rigurosas, eufóricas extinguen todos los deseos, espantan a las ilusiones detenidas. Soy yo la única responsable.

Bésala, estrangúlense a besos. Así me lleno de nauseas y vomito todas esas imágenes que no florecen. Esas alegrías contenidas: hoy te veré, te veré de nuevo. Quiero que llueva, porque esta vez, no tengo ganas de llorar, no quiero hacerlo.

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